Artur Bernardo Milchert[1]
Traducción automática.
El libro "Diario de un hombre superfluo", del escritor ruso Iván Turguéniev (2018), sirvió de inspiración para este breve ensayo. En su lecho de muerte, el protagonista se propone recordar momentos cruciales de su vida, absteniéndose de relatar enfermedades, evitando divagaciones sobre la vida y sus bellezas y rehusando abordar temas deprimentes o las cuestiones más elevadas de la existencia humana. Su relato se centra exclusivamente en un episodio: el amor no correspondido.
Frente a esta síntesis, cabe imaginar una inmensa variedad de escenarios que justifiquen este rechazo. Sin embargo, a lo largo de la narración, el lector se da cuenta de que el protagonista nunca participó realmente en esta historia. Era tan observador como el propio lector. Su existencia en aquella situación no importaba más que la de las personas que ni siquiera se mencionaban en la historia.
Tal vez consciente de ello, prefirió detenerse en ese momento de su vida. A diferencia de Narciso, tal vez se despojó de la vanidad y, aunque sufrió por amor, vio la belleza en algo que no era sólo su propia imagen o existencia.
¿Qué sentido tiene esta divagación? Durante mucho tiempo, la humanidad, aunque fuera inconscientemente, fue presentada como un personaje superfluo en la historia del planeta. Aunque los contextos sociales de distintas épocas señalaban a dioses, reyes y al propio hombre como ejes de la existencia, los planteamientos de las Ciencias Naturales demuestran que la presencia de la humanidad durante muchísimos años no influyó en la historia de la Tierra. Como cualquier otra especie, nos limitamos a habitar el planeta.
Todo cambió en la segunda mitad del siglo XVIII. La llegada de la máquina de vapor trajo nuevas perspectivas de "desarrollo" para la humanidad y se impulsó el extractivismo como forma de generar riqueza, explotando materias primas para bienes de consumo sin hacer el debido balance ambiental y ecológico de estas actividades. Es en el Antropoceno cuando el hombre deja de ser un personaje superfluo en la historia de la Tierra.
(... ) como resultado de los cambios observables en los sistemas de la Tierra, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, de manera informal y no oficial, existe un límite Holoceno-Antropoceno que separa una realidad más armoniosa (Holoceno) de una realidad cada vez más errática, no lineal y no estática (Antropoceno); este límite fue provocado porque los humanos se convirtieron en fuerzas geológicas capaces de cambiar la Tierra y sus sistemas de la misma manera que lo hacen fuerzas naturales como los volcanes; y los impactos antropogénicos globales sin precedentes que se ejercen sobre la biosfera requieren un cambio en la forma en que los humanos entienden y responden al cambio global. (KOTZÉ, 2016)
La proposición de Paul Crutzen (2000) resonó en los más diversos campos del saber y, como era de esperar de una gran declaración, provocó que se investigara el tema y generó más preguntas que respuestas. Hasta la fecha, no hay consenso sobre el reconocimiento de una nueva era geológica, ni se ha definido un hito histórico para su inicio[2]. Sin embargo, es innegable la participación activa del ser humano en la alteración de la dinámica del Sistema Tierra.
Los estudios coordinados por Will Steffen (2011) muestran mediante elementos gráficos que esta intervención masiva del hombre en los sistemas esenciales de la Tierra se ha producido principalmente desde la posguerra. La población mundial, el PIB real, las inversiones extranjeras, los embalses fluviales, el uso del agua, el consumo de fertilizantes, la población urbana (éxodo rural), el consumo de papel, los vehículos de motor, el uso del teléfono y el turismo internacional son algunos de los índices que se han analizado para ilustrarlo.
Así pues, es posible señalar que la humanidad ya no se considera que desempeñe un papel figurado en la historia de la Tierra. Los seres humanos son ahora los protagonistas de esta historia. Y no, esto no son buenas noticias.
Este cambio de paradigma implica una serie de cambios relacionales y un desequilibrio en sistemas que antes estaban equilibrados. La propuesta que mejor representa esto es la Teoría de los Límites del Sistema Tierra. En su última actualización, la investigación coordinada por el sueco Johan Rockström (2023) reveló que la humanidad ya ha provocado (actividad antropogénica) que se supere el límite seguro de acción de seis (6) de los ocho (8) procesos esenciales para el funcionamiento del Sistema Tierra.
Los estudios presentados indican que la humanidad va en la dirección equivocada. No hay probabilidad de error hasta el punto de negar la existencia de esta intrusión humana en los procesos esenciales del Sistema Tierra. Estaría bien que estuviéramos en el mundo de Don Quijote y viéramos monstruos donde sólo hay molinos de viento. La batalla no tendría que ser tan ardua.
Mientras tanto, no es raro que la gente se enfrente a sus problemas, sobre todo los más desfavorecidos y vulnerables. Podrían explicarse las previsiones del IPCC sobre los fenómenos extremos a los que se enfrentará la humanidad de aquí a finales de siglo[3] pero, de momento, conviene insistir en lo que ya se está viviendo. En todos los continentes, las temperaturas récord y los fenómenos extremos (a veces agravados) están afectando a la existencia de pueblos (NOAA, 2024) que a menudo no han contribuido a la actual fase de calentamiento global.
Debemos reconocer nuestro fracaso como humanos, ya que nos perjudicamos mutuamente. Debemos reconocer nuestra insignificancia en la historia del planeta y mitigar nuestro impacto en sistemas que afectan a algo más que a nuestra especie. Las soluciones llaman a nuestra puerta, debemos acogerlas y ponerlas en práctica.
Referencias
CRUTZEN, Paul J.; STOERMER, Eugene F.. The Anthropocene in The Future of Nature: Documents of Global Change. New Haven: Yale University Press, 2013, pp. 479-490. https://doi.org/10.12987/9780300188479-041.
INTERGOVERNMENTAL PANEL ON CLIMATE CHANGE – IPCC. Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Summary for Policymakers. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. [Masson-Delmotte, V., P. Zhai, A. Pirani, S.L. Connors, C. Péan, S. Berger, N. Caud, Y. Chen, L. Goldfarb, M.I. Gomis, M. Huang, K. Leitzell, E. Lonnoy, J.B.R. Matthews, T.K. Maycock, T. Waterfield, O. Yelekçi, R. Yu, and B. Zhou (eds.)]. Disponível em: https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/downloads/report/IPCC_AR6_WGI_SPM.pdf
KOTZÉ, L. J. Global environmental constitutionalism in the Anthropocene. 1ª ed. Portland/USA: Hart Publishing, 2016.
NOAA - National Centers for Environmental Information, Monthly Global Climate Report for Annual 2023, jan. 2024. Disponível em: https://www.ncei.noaa.gov/access/monitoring/monthly-report/global/202313.
Rockström, J., Gupta, J., Qin, D. et al. Safe and just Earth system boundaries. Nature vol. 619, p. 102–111, 2023. https://doi.org/10.1038/s41586-023-06083-8.
STEFFEN, W. et al. The Anthropocene: Conceptual and historical perspectives. Philosophical transactions of the Royal Society A: Mathematical, physical and engineering sciences, v. 369, n. 1938, p. 842-867, 13 mar. 2011.
TURGUÊNIEV, Ivan. Diário de um homem supérfluo. São Paulo: Editora 34, 2018.
WILLIAMS, J.; CRUTZEN, P. J. Pesrpectives on our planet in the Anthropocene. Environmental Chemistry, v. 10, n. 4, p. 269, 2013.
[1] Diretor de Extensão e Comunicações do Ruptura. Doutorando em Direito Comparado e Processos de Integração na Università degli Studi della Campania Luigi Vanvitelli – UNICAMPANIA, Caserta/Itália.
[2] Em suma, três são os posicionamentos defendidos por cientistas e pesquisadores: (i) a partir da Revolução Industrial, que ocorreu por volta dos anos de 1700, sendo seu marco a criação do motor à combustão; (ii) a partir da Revolução Termo-Industrial, por volta dos anos 1850, sendo seu marco a assinatura de isótopo estável de carbono (stable carbon isotope signature); e (iii) a partir da Grande Aceleração , por volta dos anos 1950, sendo seu marco os testes de armas atômicas que deixaram traços radioativos rastreáveis. (WILLIAMS; CRUTZEN, 2013, p. 09).
[3] O primeiro relatório desta última edição de relatórios publicados pelo IPCC (Sixth Assessment Report – The Physical Science Basis) dispõe que experienciamos um aumento da precipitação média, aumento da salinidade próxima da superfície dos oceanos, recuo de geleiras, diminuição da área de gelo do mar Ártico, aquecimento da superfície global dos oceanos, acidificação global da superfície do oceano global, diminuição da oxigenação em muitas regiões do oceano global, aumento do nível médio do mar, níveis sem precedentes de concentração de CO2, CH4 e N2O (Óxido Nitroso) na atmosfera, eventos de extremos quentes se tornarão mais frequentes e severos, enquanto extremos frios se tornaram menos frequentes e intensos, duplicação da frequência de ocorrência de ondas de calor marinha, aumento da probabilidade da ocorrência de eventos extremos compostos (ondas de calor, tempo de incêndio, secas, inundações...), aumento do nível do mar, dentre outros pontos elencados no documento. (IPCC, 2021)
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